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LA SENSIBILIDAD, MI SUPER PODER.
Este libro es especial para mí, porque es un gran relato que reúne muchas historias de vida, muchas historias de amor, muchas respuestas de la vida. Es mi deseo demostrarte que el amor te espera en algún lado, pero que no podrás tenerlo hasta que no aprendas a serlo. Porque el amor no se encuentra: el amor se crea.
Y, entonces, vamos a tener que ponernos de acuerdo en muchos conocimientos, en reaprender algunas cosas y en aceptar otras porque, sin darnos cuenta, muchas veces estamos autolimitándonos. Nos autolimitamos cuando nos aferramos a alguien que no nos pertenece creyendo que esa persona es el amor de nuestra vida. Y claro que lo creemos, porque duele tan fuerte esa persona que se siente en el cuerpo... Pero aquí debemos ponernos de acuerdo en que nadie que te hiere puede ser el amor de tu vida.
El amor da más vida: no la quita. Nos autolimitamos cuando no pedimos ayuda porque creemos que piden ayuda los débiles. Qué cosa tan loca, ¿no?, los débiles no son jamás los que piden ayuda. Los débiles son aquellos que no se permiten vivir
Nos autolimitamos cuando no sentimos; cuando, por miedo a sentir dolor, nos volvemos osos de peluche que no sienten nada porque, evitando sentir el dolor, dejamos también de sentir el amor. Nos autolimitamos, por miedo a quedar limitados, paradojas del ser humano que, por miedo a sufrir, termina sufriendo el propio aislamiento. Por eso quiero que nos pongamos de acuerdo en que, de sentir, nadie jamás se arrepiente, aun cuando duele, porque de eso se trata la vida: de ser sentida.
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Ni el que llora es débil, ni el que no lo hace es fuerte, pues la fragilidad de una persona no se mide por su capacidad para sentir, sino justamente de la forma contraria. Ser sensible es un superpoder que no todos tienen. Es mi superpoder, y empiezo a creer que es el tuyo porque, si no, no estarías leyendo este libro.
El sensible siente, es valiente, quiere, desea, cuida y, por sobre todo, ama. Por eso me gusta ser sensible: porque me gusta hacer todo eso. En este libro te espera un camino de respuestas a preguntas que quizás siempre te hiciste y, si no te las hiciste en algún momento de la vida, ya era hora de hacerlas.
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